Éxito. Éxito total. Así describiría la convocatoria del sábado 12 de Abril para el evento Eat Street. Al menos, así lo constataron los cientos de hypsters que hacían cola doblando la manzana de la calle Blesa, en Poble Sec. Suerte tuve con el blog, que como entidad colaboradora, me dejaron pasar. Al entrar, me daba pánico la aglomeración, pero el aforo estaba limitado, y como pasa en la calle misma, en los puntos calientes se amontana la gente, pero por la acera se puede transitar.
El responsable de esta interesante iniciativa, que no es más que un homenaje a la comida callejera de calidad, es Joe Littenbert, editor de la revista Bcn Mes. En la calle, es posible comer bien y a buen precio. En la nave industrial Crec de Poble Sec, donde el certamen tuvo lugar, se pudo dar un paseo por el mundo, contando con la presencia de las dotes culinarias de 21 chefs locales y extranjeros que nos deleitaron con delicias callejeras míticas de cada país.
Y como no podía ser de otra manera, a la salida, se recolectaron firmas para que la siguiente edición de Eat Street suceda en la calle (aunque esté prohibido en Barcelona). Estad atentos, porque este movimiento callejero pisa fuerte.
De Venezuela nos ofrecieron las arepas, que son un plato tradicional de la gastronomía de centro América. Son unas tortas de pan elaboradas a partir del maíz. Naturales, sin aditivos, sin gluten y preparadas 100% a mano. Se sirven con “ropa vieja” (carne guisada), alubias negras o queso y guasacaca (el guacamole venezolano).
De Asia, nos ofrecieron los bao o chinese buns, o los panecillos de cerdo y pato, que se hacen con harina ecológica y se cuecen al vapor. Ligeros y sabrosos, se rellenan de diversas carnes, como pato o cerdo y se acompañan con pepinillos, cebollino y salsa picante o salsa hoisin. Estos los sirvieron los chicos de Mosquito.
De los países del este y de la mano de Rooftop Smokehouse Sant Antoni, nos ofrecieron el Smokey Pastrami Sandwich con Sauerkraut casero. Esto tenía muchas ganas de probarlo y más porque venía calentita después de tomarme el delicioso pastrami del Elsa y Fred. Los chicos de Rooftop son clandestinos y no tienen punto de venta. En cuanto lo supe, el bocadillo me supo diferente, preocupada por cómo los iba a volver a encontrar si me entraba antojo algún día, como ahora mismo, por ejemplo.
De México, nos ofrecieron los esquites (náhuatl ízquitl), un plato vegetariano al 100% callejero hecho a base maíz hervida en agua con sal, epazote y otras hierbas. Se preparan friendo cebolla y chiles verdes picados en mantequilla y posteriormente se le agrega el maiz, el agua o consomé de pollo. Se sirven en un vaso, se toman calientes y con cuchara, y normalmente se les agrega jugo de limón, chile y sal.
De Chile vinieron las sopaipillas y la chorrillana. Las sopaipillas son una masa frita de harina y calabaza que va acompañada de una salsa que se llama pebre (de tomate, cilantro y cebolla con un toque picante) o con mostaza o ketchup. En Chile es un producto muy típico callejero que vende en carritos móviles. La chorrillana de carne es otro plato típico chileno de patatas fritas, cebolla, huevo, carne y chorizo.
De Italia unos Arancini de setas, berenjena y calabacín fritos. De USA unas Alitas de pollo bajo el slogan de We fry it till it’s crispy!. De Argelia un Tabulé de Burghul, bureks, pastela, que es una ensalada fria con bureks (rollitos de carne) y pastela (hojaldre relleno de pollo/almendras/huevos). De Vietnam mi adorado Banh mi…
Y todo acompañado de música en directo, caravanas y puestos callejeros decorados con mucho estilo ofreciendo comida para llevar para quedarte.