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CÓMO HACER TOMATES SECOS

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En estas épocas veraniegas, hay afortunados que comen cada día tomates de su huerto, e incluso algunos no llegan a acabárselos. Ese algunos es mi suegra, con lo que decidí aprender a secar tomates para poderlos comer en otras temporadas y el resultado ha sido sorprendentemente bueno.

Sacamos las semillas
Sacamos las semillas
Espolvoreamos el doble de azúcar que de sal por encima de las rodajas
Espolvoreamos el doble de azúcar que de sal por encima de las rodajas

Las especias que utilicé para hacer mis tomates secos

Idealmente usaremos tomates italianos, porque son más largos, menos hidratados y perfectos para esto. Cortamos el tomate fresco en cuatro y con la ayuda de un cuchillo, sacamos toda la parte central  (las semillas y pulpa principalmente) para que dispongan de menos humedad y por lo tanto sean más fáciles de secar.  Disponemos los pedazos de tomate con la piel para abajo y los espolvoreamos con una mezcla de la siguiente proporción: dos porciones de azúcar por una de sal. Escogemos nuestra hierbas preferidas, en las que debería predominar el orégano y el ajo y las añadimos por encima (tomillo, romero, laurel, pimienta…). Añadimos también un chorrito de aceite para dar un extra de sabor.

Entonces aquí viene la parte bonita. Se pueden hacer de dos maneras, al horno o secados tradicionalmente al sol. Si los haces al horno, lo calentamos a 150ºC y colocamos los trozos en una bandeja de rejilla con la piel boca abajo. Los colocamos en una bandeja en el centro del horno y los dejamos durante unas 2-3 horas (ir controlando ya que depende de cada horno o tomate).

Disponemos los tomates especiados sobre la rejilla en el caso de secarlos en el horno
Disponemos los tomates especiados sobre la rejilla en el caso de secarlos en el horno
Así salieron los tomates del horno
Así salieron los tomates del horno

No es necesario esperar a que no quede humedad alguna para sacarlos del horno. En mi caso, están blandos y aún un poco jugosos y están exquisitos. Los dejamos enfriar y los envasamos al vacío en un frasco (éste deberá ser hermético y estar esterilizado) junto con una picada a gusto, como por ejemplo: aceite, laurel, orégano y ajo. Podemos cubrir el envase con aceite o no, según preferencia.

En el caso de que queramos secar los tomates al sol, debemos ponerlos sobre una rejilla o algo que les permita respirar por debajo (en la foto en una gran cesta). Podemos elevarlos del suelo colocando la rejilla o la cesta sobre unos ladrillos o lo que sea para alzarla del suelo. La debemos cubrir con una gasa o mosquitera para protegerla de los pájaros o insectos. El tiempo que debe permanecer al sol dependerá de la temperatura, de los tomates y de las horas de exposición. Puede variar de 1 día a 2 semanas.

En el caso de secarlos al sol, podemos ponerlos en una cesta grande

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En general es un proceso entretenido, pero fácil, y sobretodo muy satisfactorio porque quedan exclentes con una buena burrata fresca o con pasta. Y lo que hace más ilusión no es sólo comerlos, sinó regalarlos.