El arte de la imperfección en la cocina. Edición Gallo Nero. 2012. Escrito por 14 intelectuales de renombre histórico e ilustrado por Sonia Pulido.
En uno de esos días en las que una no está muy animada, te sorprende una buena amiga con un libro precioso metido sigilosamente por la ranura de tu buzón. Toda una alegría, y más si es un libro que junta dos de las cosas que más me gustan en el mundo: la cocina y la ilustración. Gracias amiga mía.
El libro es precioso, ilustrado por la artista Sonia Pulido, a quién sigo con afán desde hace tiempo. Ganadora de diversos premios por la publicaión de 6 libros tanto como ilustradora como narradora de historias. Sonia Pulido también trabaja para varias publicaciones, entre ellas, Ling, El País, Cinemanía, Rockdelux, Woman…
El arte de la imperfección en la cocina, abre con la cita “Lo que es el apetito en relación con la comida, es el entusiasmo en relación a la vida”, de Bertrand Russell en su libro La conquista de la felicidad. Cosa que me alegra, porque siempre tengo apetito. Es un libro escrito en tono divertido, relatando las recetas de 14 comensales de lujo: Robert Graves (poeta inglés), Isak Dinesen (escritora danesa de Memorias de África, conocida como Karen Blixen), Harper Lee (premio Pulitzer por su novel Matar a un ruiseñor), Sybille Bedford (“una de las más brillantes escritoras inglesas”), Marcel Duchamp (artista francés dadaísta y surrealista), Katherine Anne Porter (activista política ganadora de un premio Pulitzer), William Styron (escritor norteamericano), Alice B. Toklas (amante, musa y cocinera de Gertrude Stein y protagonista de su famoso libro Autobiografía de Alice B. Toklas), Man Ray (artista norteamericano, gran aportador de la fotografía de moda), Georges Simenon (escritor belga creador del comisario Maigret), Paul Bowles (escitor de El cielo protector), Lawrence Durrell (escritor, poeta y dramaturgo británico expatriado), Upton Sinclair (escritor estadounidense de un centenar de libros, entre ellos, La Jungla) y last but not least, Francis Scott Fitzgerald (viva encarnación del jazz y uno de los protagonistas de la llamada Generación Perdida).
Cada una de las recetas, están relatadas por los 14 invitados, todas de acorde con la personalidad de sus escritores. Las recetas son todas variopintas, algunas son hilariantes, como por ejemplo, el Menú para una jornada dadaísta de Man Ray, que consta de lo siguiente: “Le pétit dejeuner: coja un tablón de madera de una pulgada o menos de grosor y de 16 a 20 pulgadas de largo. Recoja los bloques de madera de vivos colores que los niños dejan en el suelo en el cuarto de jugar y péguelos y atorníllelos en el tablón. Déjeuner: Extraiga las aceituntas y el caldo de un bote de aceitunas verdes o negras en conserva y tírelo todo. En el bote vacío deposite varios rodamientos de acero y rellénelo a continuación con aceite de coche para evitar que se oxiden. Para acompañar esta delicatessen, sírvase una rebanada de pan francés de 30 pulgadas de longitud pintada de azul celeste. Dîner: Recoja huevos de zurcir de madera, uno por comensal. Si no se encuentran de la variedad sin mango, retire los mangos. Perfore a lo largo para poder insertar una brocheta en cada uno. Disponga los huevos espeatados sobre una sartén oblonga u ovalada y cúbralo todo con celofán transparente.”. Os he transcrito el texto más freaky, pero tenemos otros más poéticos como por ejemplo el de Isak Dinesen sobre las Ostras al natural, en el que simplemente relata “Sí es cierto que subsisto casi al completo a baste bivalvos. Como más me gustan es sin nada. Creo que las ostras al natural son un goce tanto intelectual como material: estás comiéndote el mar entero”.
¿A quién no le gustaría poder estar en esta irrepetible cena compartiendo desfiles de anécdotas y degustando un deleite de recetas hilariantes? Es un libro precioso, intelectual, escrito con muchísima sensiblidad e ironía y complementado armoniosamente por unas ilustraciones a lapiz avivadas con toques de azul turquesa. Una joya preciosa.