Clases en la Hofmann, Recipes

15º DÍA DE CLASE EN LA HOFMANN: EXAMEN

A Jose le tocó la pasta carbonara
"El Tigre" y Bruno comiéndose la pasta
Nuestra aula de cocina
Roberto preparando su cocción

Llevamos desde el primer día de clase avisados: al final del primer trimestre tendremos examen. Y doble: teórico y práctico. Durante estos 3 primeros meses, he intentado leer el libro teórico que nos facilitaron, pero bastante tenía con comprender las clases prácticas en sí. Este verano, cada rato libre que tenía, me leía el libro, y he estado practicando también los 5 posibles platos que nos podían tocar aleatoriamente el día del examen. Me compré la máquina para hacer pasta y la practiqué con éxito y sin que se me cayera la manivela ni una sola vez. También ensayé la realización de la tortilla perfecta, que distó mucho de serla y sucumbí tras tirar 4 huevos para que se los comieran los jabalíes de Madremaña. También probé hacer el pil-pil, no con demasiado éxito. Y la merluza en salsa verde, creo que bastante bien, así como las albóndigas. Estas últimas son las que más trabajo me dieron, estuve toda una mañana para hacerlas, pero salieron deliciosas. Y por último las codornices salteadas con soja, miel y sésamo, que se ha convertido en un clásico, ya que en un solo mes, ya lo he servido en 2 comidas a amigos. Más o menos comprendía la complejidad de cada plato y podía descifrar lo que decía la receta, cosa que hace 3 meses, me hubiera abrumado. Me siento mucho más cómoda en la cocina porque voy comprendiendo el porqué de las técnicas culinarias y soy capaz de analizar un plato y reseñar sus carencias o excesos.

La clase ha empezado en el aula de siempre y se nos ha entregado el examen. Tranquilamente hemos respondido las preguntas que hemos sabido y a pesar de los huecos en blanco que he dejado (ligazones, veloute, huevo mollet, beurre manié…) me he quedado con la conciencia tranquila porque jamás imaginé que habría tanto relleno en tan poco tiempo. Estoy contenta. Nos hemos intercambiado los examenes y esta semana nos toca corregir el de otro.

Lluís Rovira
Preparando la presentación del plato
De camino a dejar mi plato al jurado
Entregando mi plato para ser puntuado por Jean Paul y Federico
Jean Paul y Federico tomando notas de los platos a examen
Patricia, Lisi y Yolanda
Lluís ayudando a Mauricio a emplatar su tortilla

Al terminar, Lluís nos ha dado a escoger entre unos papelitos para saber qué plato nos tocaría a cada uno elaborar. Como eramos menos en clase, la tortilla con bacalao y pil-pil se ha repetido 3 veces, y quedaban los ingredientes de las albóndigas por hacer, así que me he ofrecido yo. Me ha tocado el plato más elaborado, pero lo he hecho tranquilamente. Todo iba bien, y al final de la elaboración, al reducir la salsa y obtener una textura maravillosa, he decidido ponerlo al fuego para mantener el calor hasta la mise en place y… ¡se me ha cortado! He pedido ayuda a Lluís y me lo ha resuelto añadiéndole un poco de ligazón con el fumet de pescado y lo he podido salvar. Lluís nos ha estado guiando todo el rato, nos ha ayudado a elaborar y a emplatar, lo que le ha impedido formar parte del jurado. Una vez el plato listo, lo hemos llevado a la sala donde estaba el jurado, compuesto por Jean Paul y por Federico. Una vez entregado el plato, se ha quedado con ellos para ser juzgado hasta el último detalle. A través de una ventanita y de una cortina, les he espiado y estaban serios y callados, apuntando cada uno sus notas y valorando la presentación, sabor, textura, temperatura, aroma… Han tomado notas y se nos dará un veredicto la semana que viene. Cuando, minutos más tarde, he ido a recoger mi plato, me han preguntado si llevaba mantequilla, ya que lo han notado más graso de lo normal. Les he explicado lo que me había ocurrido y entonces han parecido comprender. No se escapa ni una. Tengo ganas de que llegue el miércoles para saber cuáles han sido sus apreciaciones, aunque yo ya he sacado las mías y espero que coincidan. Me lo he pasado muy bien y tengo ganas ya del siguiente trimestre con libro nuevo y nuevos retos. Ahora somos cada vez más família y mejor nos lo pasamos juntos.  Me gustaría hacer esto el resto de mi vida y destinar siempre un hueco a la cocina, un mundo que busca el equilibrio de los sentidos. Es un ejercicio sensorial precioso. Y como dice Jean Paul, si estás de buen humor y contento, el plato sale bueno. Y si tus vibraciones son malas, el resultado no será bueno. Como todo en la vida, si se hace con amor y atención al detalle, se nota en el resultado. De eso que no falte nunca. Besos.