Ingredientes: 1 masa brisa, 1 calabacín, 1 cebolla, 3 huevos, leche o nata, 3 lonchas de bacon, 50 piñones aprox, queso gruyere a gusto, tomillo
Esta es una receta muy fácil que se hace en aproximadamente 30 minutos. Se puede hacer con más o menos relleno, pero a mí me gusta finita, así puedo notar más el sabor de la masa brisa, que queda crujiente y muy rica y además es un poco más ligero ya que lleva menos huevos. Hacer una quiche se convierte en algo muy creativo, porque depende de tí con lo que la quieras cubrir, pero casi todas las verduras mezcladas con huevo y queso, quedarán buenísimas. El bacon siempre le da un toque, pero también puedes usar jamón. Hay mil y una combinaciones, y hecho con un poco de amor, siempre queda bueno.
En este caso cortamos en macedonia el calabacín y la cebolla y lo ponemos a rehogar a fuego lento en una salteadora junto con un poco de aceite hasta que esté hecho. Mientras, encendemos el horno a 200ºC y estiramos la masa en una bandeja circular cuidando que las paredes estén bien erguidas porqué si no, fácilmente se caen durante la cocción y no aguantaría en relleno. La cocemos al blanco 10 minutos con un papel de aluminio encima que ejerza presión en las paredes para que no se caigan los laterales. Pasados los 10 minutos, quitamos el papel de aluminio y lo terminamos de cocer 5 minutos más.
En un bol grande, batimos 3 huevos junto con un chorro de leche (más ligero) o de nata e incorporamos los calabacines y cebolla cocinada. Le incorporamos también el queso gruyere rallado (a gusto), los piñones tostados (y troceados), el bacon cortado y frito y finalmente tomillo fresco. Salpimentamos a gusto, pero ojo que el queso y el bacon ya lo salan suficiente. Lo mezclamos y lo introducimos en la masa previamente cocinada y lo dejamos en el horno 20 minutos más a 200ºC. ¡Buen provecho!