Ingredientes: 150 gr de harina, 80 gr de mantequilla, 35 gr de azúcar glace, 1 gr de sal. Relleno: 500 gr de queso Quark, 160 gr de azúcar, 4 huevos, ralladura de 1 limón, 2 gr de sal, 100 gr de mantequilla, 60 gr de harina, 50 gr de pasas, 40 gr de Kirsch (licor de cereza).
Mezclamos en un bol los 150 gr de harina, 80 gr de mantequilla (sin derretir), los 35 gr de azúcar glace y 1 gr de sal. Lo mezclamos en seco, sin humedad (ni leche, ni huevo, ni agua). A esto se le llama una masa sablé (arena en francés). Hay que trabajarla bastante. Cuando quede compacta, extenderla con un rodillo y cortarla con un aro. Hacer también las paredes de la tarta con la masa sobrante de la base y cocer al blanco, colocando sobre ella, papel de aluminio con peso (garbanzos, por ejemplo) para que no se hinche.



Hacemos el relleno. Mezlcamos en un bol el queso Quark (dos potes de 250 gr) con la mitad de azúcar, añadimos las 4 yemas (guardamos las claras) y batimos con barilla hasta tener un punto espumoso. Incorporamos la ralladura y los 100 gr de mantequilla tibia. Por otro lado, mojamos las pasas con Kirch y una vez empapadas, las rebozamos con harina (para que se “peguen” a la masa y no se vayan al fondo de la tarta). Montamos las 4 claras a punto de nieve y después le añadimos el resto del azúcar. Mezclamos todo y rellenamos la tarta y ponemos al horno 15 minutos a 180ºC y luego bajamos a 160ºC durante 45 minutos más. Finalmente espolvoreamos con azúcar glace.


