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POR EL AMOR DE DIOS

El Jardín del Convento. C/ Cordón 1, 28005 Madrid. T. 91 541 22 99 www.eljardindelconvento.net

Interior de El Jardín del Convento
Interior de El Jardín del Convento

La semana pasada tuve que ir a Madrid por temas de trabajo y aproveché para dar un paseo por mi ex barrio (el barrio de los Austrias) con mi querido amigo Nacho y su perro Froilán. Debo reconocer que amo el centro de Madrid y más en un día de lluvia y por la tarde.

Desde hace unos años, el ayuntamiento se ha puesto las pilas por dejar todas las callejuelas y plazuelas reformadas. Ya era hora. Quizá en algunos casos lo han hecho en exceso, como por ejemplo el del Mercado de San Miguel, que a ver, precioso es, pero también es carísimo y se ha convertido más en un lugar de visita turística que en un punto de encuentro.

En fin, el progreso, el turísmo y la madre que los… engendró. Como decía, paseando por el barrio, me llamó la atención una pequeña puerta que daba acceso a una tienda que nunca mejor dicho, es una delícia: El Jardín del Convento.

La tienda esta especializada en la venta de dulces hechas por monjas y frailes de conventos y monasterios de España. Me parece una idea maravillosa y felicito a su emprendedora, Isabel Occino, a su madre y a la pareja de Isabel, Pedro que fue quien nos atendió esa tarde.

C. Cordón 1, junto a la Pl de la Villa

Era como un viaje al pasado. Me imaginaba a las monjas y frailes en sus enormes cocinas del convento o monasterio, amasando y preparando las yemas, roscones, mazapanes, galletas, bocaditos de nata, rosquillas…

Dulces de Santa Clara

La tienda es sencilla pero a la vez exquisita y se respira un silencio y una calma digna de los productos que alberga.

Espero que los turistas compren muchos dulces como también los amantes de la gastronomía artesana, porque es un proyecto que ayuda a los conventos y monasterios a salir de su precaria situación y mantengamos entre todos estas costrumbres centenarias y rituales gastronómicos tradicionales (además de ayudar a preservar los monumentos en los que habitan). Creamos o no creamos, mientras amasan la harina, están rezando por todos nosotros. Amén.