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pizza para los que nunca harían pizza

Pizza artesana
Pizza artesana

El otro día en Instagram vi una foto de una pizza muy apetecible en el perfil de Ainoha y decía que la receta de Ibán Yarza de “pizza para los que nunca harían pizza” (o pizza para vagos, porque no hay que amasarla), le cambió la vida. Como buena amante de la pizza, decidí seguir los pasos del maestro panadero, que en este caso se pone práctico. Dice que los resultados son asombrosos. Jorge de Juan le dedicó un programa y podéis ver cómo se hace clickando en el siguiente vídeo. Recordad que se tiene que hacer de un día para el otro, ya que fermenterá en la nevera por sí sola.

Los ingredientes necesarios son los siguientes:

Para la masa de dos pizzas medianas:
400 g de harina panificable (o harina del super en su defecto, pero no harina respostera)
100 g de sémola fina de trigo (o harina de trigo duro)
300–320 g de agua (según la absorción de la harina)
20 g de aceite de oliva
10 g de sal (2 cucharaditas)
5 g de levadura de panadero

Mezclar todos los ingredientes en un bol y amasar hasta que se amalgame bien. Dejar reposar una hora y luego colocar sobre un plato cubierto con papel film en la nevera por uno, dos o hasta 3 días. Una hora antes de hacer la pizza, se saca de la nevera y se hacen bolas de 250-300gr y las dejamos reposar una hora. Ponemos el horno a la temperatura más alta posible, dejando una bandeja vacía en la parte alta.

Pasada una hora, extendemos la masa, y la hacemos en forma circular, dejando que los lados sean un poco más gruesos y el centro más fino. No hace falta que sea perfecta, eso le dará el carácter artesano. La cubrimos de lo que deseemos (todo vale, la pizza es un plato muy creativo) y ponemos la masa sobre el papel de hornear (no sobre la bandeja del horno). Para que la cocción sea lo más fuerte posible y sea lo más parecido a un horno de leña, ponemos la masa sobre el papel de hornear justo abajo del horno (sin bandeja) durante 2-3 minutos. La retiraremos cuando la suela quede dura, crujiente (depende del horno). Una vez esté acabada la base, subimos la pizza y la hacemos al grill en la bandeja durante otros 2-3 minutos. En total, la cocción variará de 3 a 6 minutos, contando la suela y la superfície. La idea es que quede una pizza crujiente, pero elástica.

Es difícil que una pizza con una buena masa e ingredientes de calidad no esté buena (excepto las de piña, que deberían exterminarse para siempre). A mí, como a Ibán, me gustan con pocos ingredientes, para no camuflar el sabor de una buena masa. Iban la hizo con salsa de tomate concentrada (o tomate fresco hecho puré y escurrido), 75-100 g de mozarella (escurrida), 5-10 filetes de anchoa, un chorrito de aceite y albahaca u orégano a gusto. Lo importante es que los ingredientes que pongamos sean secos, sinó estropean el sabor y textura de la masa.

En mi caso hice dos: una más gourmet con base de salsa de tomate casero, mozzarela de bufala, tomates cherry, albahaca fresca y un chorro generoso de aceite de trufa y la otra, que es la de la foto, con base de tomate casero, queso mozzarella, anchoas, tomates cherry, albahaca fresca y crema de aceto balsámico de higos. En ambos casos, dejé un minuto más la cocción de la suela, para que me quedara crujiente y me quedaron un pelo sosas, con lo que a la masa le añadiré más sal la próxima vez. Tengo muchas ganas de hacer una focaccia con aceite, sal gorda, olivas y romero. Una simple en la que la masa se pueda saborear bien. Un verdadero orgullo saber hacerte la pizza entera. Estoy muy contenta.