Esta tarde he ido al Delishop a acompañar a mi madre a buscar un aliño para ensaladas típicamente americano: el Creamy Caesar. Ella llegó ayer del continente americano, y como todo ahí es más ameno, pues habrá llegado con ganas de aliñar sus ensaladas con algo más divertido que el aceite y vinagre. También me ha comprado una a mí. Hay muchos tipos de aderezo para ensaladas, y cada una tiene su nombre conocido por todo el mundo y con qué tipo de ensaladas va mejor. Ranch, Thousand island, French… En nuestro caso, como su nombre indica, la Creamy Caesar casa mejor con la ensalada Cesar. Como es de esperar, hay millones de marcas en el mercado, pero el Delishop ha traído la de Paul Newman, Newman’s Own, que aunque no necesariamente sea la mejor, por razones obvias es la más notoria y además, desde 1982 destina todos los beneficios a caridad. Sólo por eso ya vale la pena escogerla. Desde que empezó, la Fundación Newman ha donado 300 millones de dólares a caridad. Newman tiene muchos más productos a la venta, salsas para espaguettis, salsas para carnes, limonadas… Se reconocen muy fácilmente en el lineal y fuera de él porque siempre llevan en la etiqueta la cara de su fundador, sonriendo, of course. En 1993, su hija Nell Newman hizo una división de Newman’s Own y la llamó Newman’s Own Organics, firmando sus productos con un claim tan consciente como certero ” Great tasting productos that happen all to be organic”. Todo lo que se utiliza para desarrollar sus productos, es orgánico. En el 200o ya era una compañía independiente. Sus productos incluyen pretzels, cookies, palomitas (no las recomiendo, a pesar de su atractiva caja de presentación), barritas de chocolate, tentempiés de peanut butter (crema de cacahuete), aceite de oliva, vinagre, frutos secos, café de comercio justo y comida para mascotas.
Cuando hemos ido a pagar, he visto unos divertidos palillos chinos que tienen la parte superior unida y así funcionan a modo de pinza. Son principalmente para facilitar el uso de los palillos chinos para niños, pero seguro que son indispensables para algún que otro adulto. Me han parecido muy divertidos, y sobretodo porque aunque estén unidos y sean de más fácil uso, me siguen pareciendo difíciles de usar por un niño. Es un reto interesante para los que les gusta experimentar y coordinar sus habilidades, además de que seguro se divierten muchísimo comiéndose los granos de arroz de uno en uno. Se recomienda empezar por algo más grande que por el arroz, como por ejemplo por los trozos de carne. Todo se andará.