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TENT RESTAURANT, PETRA, JORDANIA

Tent restaurant (Marriott Hotel) Petra, Jordania. www.marriotthotel.com

Tent restaurant Petra
Tent restaurant Petra

Petra es una ciudad anciana de importantísimo enclave arqueológico para Jordania, patrimonio mundial por la Unesco desde 1985. Esculpida entre las montañas, se llama Petra porque, como es de suponer, en griego significa piedra . Siempre pensé que se componía principalmente de la famosa fachada (Khazneh, el tesoro) que hemos visto tantas, sobretodo conocida por muchos gracias a las películas de Indiana Jones, pero la ciudad perdida es mucho más. Petra fue una una importante ciudad comercial, encuentro entre diferentes civilizaciones que transcurrían en la ciudad de piedra y luego continuaban su ruta. Entre las maravillas también encontramos el monsterio (Deir), que se halla después de subir 800 escalones (no recomendable hacerlo en julio a más de 40ºC). Desde aquí mi pequeña reivindicación a favor de los pequeños burros a los que los beduínos de Petra tienen esclavizados para subir los 800 escalones con turistas en su lomo para llegar al monasterio sin esfuerzo alguno. Además utilizan la palabra taxi para llamar la atención de los turistas. Lamentable. Bueno, la cuestión es que nosotros subimos, y nos tomamos un té en la haima del beduíno Abet, situada en lo más alto con unas vistas insuperables. Nos contó historias sobre su vida y nos deleitó con un concierto privado con su laúd. No quería descender nunca de esa cima. Es un secreto, pero dijo que a veces hospedaba a gente en su haima, debe ser una experiencia increíble escuchar a abert contar historias durante casi toda la noche.

Después de caminar durante todo el día, llegamos al hotel en Wadi Musa, nos duchamos y decidimos a ir a disfrutar de las vistas desde el Marriott Hotel. Este hotel está en lo más alto de Wadi Musa, y sus vistas son espectaculares, se ve toda la cordillera dentro de la cuál se excavó la ciudad perdida. Llegamos para la puesta de sol, y afortunadamente pudimos comer dentro de la haima, encarada al este y vimos en silencio, acompañados por la inmensidad del paisaje, como se ponía el sol. Encontramos a dos cocineros cocinando en un zharb, que es un horno con brasas que se encuentra dentro de la tierra. Esta es una forma de cocinar típicamente beduína y se utiliza para ocasiones especiales, cocinando un cordero, camello o unos pollos (en nuestro caso) para una docena de personas. Tradicionalmente las mujeres ablandan la carne con un machete (los huesos del pollo que me comí estaban rotos) y los hombres se encargan de controlar las brasas del zharb. Primero se pone el arroz con agua y verduras, y encima otro recipiente (tipo colador) con el pollo y las patatas y tomates para que el jugo de la carne y las verduras caiga sobre el arroz, aportándole un sabor añadido excelente. Se añaden también especias y yogur para aderezar. Tradicionalmente, se pone el gran manjar en el centro de la mesa y los familiares y amigos comen con una sola mano (la otra se reserva para el uso personal…) y sólo la parte que se encuentra frente a ellos, respetando las porciones de los otros. Estos abundantes platos, se cocinan, como he dicho antes, en ocasiones especiales, como podía ser cualquier noche de las que estuvimos, en las que coincidió con el Ramadán. Durante nuestra visita en julio, en Jordania se celebraba el mes del Ramadán, que cada año se adelanta 10 días (en 3 años y se gana un mes) y los musulmanes practicantes pasan todo día sin comer ni beber (ni fumar, ni mantener relaciones…), concretamente desde las 4 de la mañana hasta la puesta de sol, sobre las 20h. En los meses de máximo calor, es durísimo. Durante nuestra visita, reinaba el letargo diurno y la exaltación nocturna. De hecho, durante nuestra cena en la haima, se ausentó Moayed durante 5 minutos a las 20h en punto para poderse comer unos dátiles y beber un vaso de agua (más tarde, cuando los comensales nos hubiéramos ido, cenaría tranquilamente una exuberante cena que calmara su apetito). La idea de montar la Tent Restaurant en el Marriott fue precisamente de Moayed, un joven jefe de cocina que estudia hostelería en Amann por las mañanas y por las tardes, instruye a los beduínos que trabajan con él en Petra sobre todo lo que va aprendiendo en clase.

Dentro de Tent Restaurant
Dentro de Tent Restaurant

Mientras esperamos a que el pollo acabe de cocinarse, hablamos con Moayed, nos habla sobre la gastronomía jordana, influída por tantas otras culturas y nos sirve unos mezze, aperitivo indispensable en cualquier ágape, que consiste en unos pequeños platos para compartir, como por ejemplo babaganoush, hummus, ensalada de perejil, pan jordano (que llaman popularmente aish, que significa vida). No nos ha sido fácil degustar alcohol durante el viaje, ya que durante el mes del Ramadán está prohibido consumirlo. Mario Vaquerizo se muere. Finalmente vemos como sacan de la tierra el pollo y el arroz, tiene una pinta deliciosa. La otra pareja de comensales, una pareja conformada por un australiano y un cingalés, también rodean a los cocineros y a Moayed en el exterior de la tienda, y todos asombrados, vemos cómo extraen de las brasas subterráneas el manjar. Nos lo comemos todos juntos, conversando sobre viajes y aventuras. De postre (nos dicen que los beduínos son muy golosos) nos traen unos inolvidables baklavas (dulces árabes hechos con frutos secos, hojaldre y miel) y como no, un té especiado. A mí me ponen un thob, la chilaba tradicional de la mujer jordana y un pañuelo en la cabeza que jamás sabría volverme a poner. Miro al infinito, pongo cara de estar en paz conmigo misma, dibujo una leve sonrisa y hago una broma con el autraliano, sobre cómo me siento como Madonna. A Alex también lo disfrazan, le ponen el pañuelo en forma de hata o cofiya y parece un auténtico beduíno jordano. Si váis a Petra no os quedéis en la ladera sur de Wadi Musa, coged un taxi y disfrutad de este lugar mágico.