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LA HAMBURGUESA DEL SAGÀS

Sagàs. Pla del Palau 13. 08003 Barcelona. T 93 310 24 34. www.sagaspagesosicuiners.com

La hamburguesa del Sagás
La hamburguesa del Sagàs

Hace unos meses ya hice un post sobre el Sagàs, que me chifla, pero no había hablado específicamente de sus hamburguesas, pero merece con creces una entrada en mi escueto apartado de Las mejores hamburguesas de Barcelona. El Sagàs nace de la mano de Oriol Rovira junto con Iñaki López de Viñaspre, y es un local auténtico y sencillo, que no grita, pero se le oye bien. Los productos son de primerísima calidad, tanto las carnes como las hortalizas, ya que provienen precisamente de la pequeña población (143 habitantes) del Berguedà llamada Sagàs. Ahí mismo es donde la família Rovira, payeses modernos donde los haya, tienen su templo. Además, son propietarios de el restaurante Els Casals, donde se pueden degustar las delícias de la marca que crearon: Pagesos, cuiners i Co, impulsada por los Rovira como consecuencia de su inquieto y generoso carácter a la hora de querer preservar los mejores productos de nuestra tierra. Pagesos, cuiners and co. fue creado por el grupo Sagàs para precisamente divulgar y preservar el amor y respeto por la buena gastronomía. La família de ramaderos y agricultores tiene una bella filosofía que por suerte comparten con nosotros. Compartir ese saber hacer de una família de payeses modernos, que piensan que partiendo de la tierra, de los propios orígenes, y sabiendo en todo momento quienes son, han podido no sólo enseñarnos la exquisitez en los productos de nuestro entorno, sinó que también han sabido dar la vuelta al mundo y ofrecernos su visión sobre lo que han recogido. Comer con las manos es la forma primigénica de alimentarse y creen que de esta forma se vuelve a la verdadera apreciación de  los sabores, a los productos y como no, al placer. No sé cómo lo hacen, pero es así cómo te sientes cuando das el primer bocado.

En el Sagàs se degustan platos de bocadillos, y digo platos, porque son tratados como tal. Son los bocadillos gourmet por excelencia. Homenajean las combinaciones de alrededor del mundo, y entre ellos, encontramos la oda al clásico de Nueva York: su burger. La hamburguesa está hecha con carne al 100% bovino gallego (aquí te llega roja, en otros restaurantes, si la pides saignant, te llega hecha, aunque sea por la cocción con el calor residual, pero estos detalles aquí no se les pasan), con queso Cheddar original, tomate, lechuga, pepino y cebolla. Y last but not least, el pan. El pan como uno de los elementos principales, el pan como soporte de los platos, el pan como muestra de su inquietud por ofrecer lo mejor y lo más adecuado para cada combinación. Y es que en este lugar, los productos son ecológicos y sostenibles, pero sobretodo, de máxima calidad. Cuando le das un bocado a la hamburguesa, no puedes destacar un ingrediente sobre otro, todo está equilibrado. El pan cruje, es denso, pero ligero a la vez, justa medida para no canibalizar el resto de los componentes. La carne, un pedazo muy generoso, roja, jugosa y sabrosa y  las hortalizas de la huerta. Luego te traen una maravillosa selección de mostazas, ketchup  y salsa barbacoa para que la acabes de sazonar a tu gusto. El local es agradable, no tiene excesos, se puede disfrutar de la vista viendo algunos productos en el mostrador (la porchetta suele presidir), acústicamente un placer y encima el servicio es profesional, sabe lo que hace y sobretodo lo que sirve. Ideal para gourmands que valoren una buena hamburguesa (y quieran pagar lo que merece) y sobretodo, venid con hambre. Y si eres afortunado/a y tienes espacio para otra degustación, estás de suerte. Para mí, el bahn mi siempre será bienvenido, para Alex, el porchetta es su opción indiscutible. Aunque la próxima vez, lo tendré que convencer para partirnos la apuesta gastronómica koreana, que es para 2 personas.