Quién diría que en la calle en la que vivo, que ocupa una sola manzana (y la mitad de la manzana son oficinas) nos toparíamos con una família tan similar a la nuestra. No sólo la coincidencia está en que somos un matrimonio mixto formado por un español y una americana, sinó que encima Marcos tiene una agencia de publicidad (como Alex) Carrie es directora de arte (como yo) y su hijo Lucas se lleva semanas con Simón y encima hablan los dos en inglés. ¡Y se pueden saludar desde las ventanas de sus habitaciones! Después de encontrar nuestra media naranja familiar, hemos empezado a potenciar nuestros orígenes. Hemos hecho Thanksgiving juntos, barbacoas y ahora fiestas infantiles. La semana pasada fue el cumpleaños de sus hijos, que se llevan un día entre sí, y lo celebramos en su terraza con ricos alimentos americanos (gracias, en parte a Taste of America, la nueva tienda de productos importados americanos de la que hablé en este blog).
Hice una foto cenital para descubriros todo lo que se ofrecía: Reeses Pieces, marshmallows, Twizzlers, honey mustard pretzels, dip con crudités, Coca-Colas, cheddar cheese, gummy bears… y como Carrie vive en Barcelona, que no queden unos bocadillos de pan con tomate y jamón. Estaba todo riquísimo, y lo más importante, nos trasladó a las dos a Nueva York y gracias a mi “conexión” por la noche no pude no cenar pizza. ¡Yummy!