He pensado que voy a empezar una categoría en el blog para ver si encontramos las mejores hamburguesas de la ciudad. Y empiezo con el listón muy alto, hoy he ido a Casa Palet a comerme una. Casa Palet es una tienda/restaurante con unos grandes ventanales que dan a la calle Laforja, entre Regás y Via Augusta. En la entrada tienen todo tipo de productos de charcutería, jamón, quesos, vinos, pasta, etc… y al fondo del local se sube por una escalera y llegas al pequeño restautante.
Las hamburguesas están hechas en un 95% por ternera y el otro 5% está compuesto por tocino y sofrito cebolla. En Casa Palet se hacen para 2, 3 o 4 personas, 250 gr para cada persona. La peculiaridad es que las hacen gordas para compartir, porque así, cuanto más gruesas, más cruda queda la carne por dentro.
La otra peculiaridad es que las traen en una piedra y la retitras en cuanto veas que la carne está hecha a tu punto perfecto.
La idea de hacerlas a la piedra, la cogió Alex, quien amablemente me explica todo esto, del restautante y charcutería Ravell.
Recientemente la revista Time Out Barcelona le ha otorgado a Ravell el premio a las mejores hamburguesas de la ciudad, pero dice Alex con un guiño en su cara, que cuando adjudicaron los premios, Casa Palet no se conocía.
Alex compra las piedras en el mismo sitio que Ravell, en Valladolid y están hechas de zinc y cobalto. Las saca del horno a 240 grados. “Las hamburguesas son un buen reclamo, porque me salen baratas a mí, y por lo tanto al consumidor también, y además, gustan muchísimo”. Éstas las traen con un acompañamiento de patatas fritas y una ensalada verde. Para aderezar, 3 tipos de mostaza Maille, la originale, à l’ancienne y aux 3 herbes.
Alex, Alex Palet, dueño de Casa Palet, me cuenta que el local es un negocio que compró a su primo, un negocio que lleva en la familia durante 4 generaciones, lo fundó su bisabuelo en 1920. Aunque sólo Alex añadió a la tienda de comestibles gourmet el giro que necesitaba, un pequeño restaurante en la planta de arriba. Quería hacer algo “más divertido”, comenta.
A modo de curiosidad, Alex fue broker durante 20 años antes de ser restaurador. Dice que antes, los sábados eran sagrados.