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ARROZ CON LECHE DE COCO Y MANGO

Sticky rice with mango
Arroz con leche de coco y mango

Recuerdo la primera vez que probé un mango. Fue hace casi veinte años en el mercado que ponen los fines de semana en Ferney-Voltaire, un pueblo de Francia en la frontera con Suiza. Me lo dio a probar un hombre que llevaba un puestecito solo de mangos y que según decía traía de Costa de Marfil (Cote d´Ivoire). Desde aquel momento los mangos se convirtieron en una de mis frutas preferidas, ni que decir tiene que le compré un par de mangos y le hubiese comprado más de no ser por el precio que tenían.

El plato de hoy Arroz con leche de coco y mango es un postre que yo adoro porque me encantan sus principales ingredientes: mango, arroz y coco. Es un postre que en Thailandia lo venden en la calle como en los Estados Unidos venden perritos calientes. Lo comí por primera vez en Chiang Mai (Thailandia) yendo a recoger información sobre los cursos de cocina en un puesto antes de doblar la esquina de la calle donde estaba la escuela. Normalmente cuando viajas por el sudeste asiático la norma número uno es no comer en los puestos de la calle, lo menos que te puede costar es una diarrea. Ese día vi, desde el otro lado de la calle, a unos turistas occidentales comprando unas raciones de mango con arroz. Después de asegurarme que el puesto era de fiar y que ellos ya llevaban días comprando allí y no habían tenido problemas me lancé a probarlo. Estaba impresionante. El mango maduro, dulce, suave aromático. El arroz con el aroma a coco dulce pero a la vez con un toque de sal. Me supo a poco y con ganas de volver a por más.

Los mangos en Thailandia no saben como aquí, además de que allí están siempre en su punto son de otra variedad. Son más pequeños que los que se suelen comprar aquí en España, más aplanados, la carne es menos fibrosa y la piel amarilla, de color casi como un plátano. Sabrosisimos. El arroz que se emplea en este caso es arroz glutinoso (sticky rice), el grano es blanco opaco en lugar de traslucido. Cuando se cuece se vuelve transparente, justo al revés que el arroz común. Este arroz se hace normalmente al vapor.

Los ingredientes son:

– un mango
– 300 gramos de arroz glutinoso tailandés (sticky rice)
– 250 ml de leche de coco
– 100 gramos de azúcar
– una pizca de sal
– unas semillas de sésamo tostadas

Para la salsa:

– 100 ml de leche de coco
– una cucharada de azúcar
– una pizca de sal

Poner a remojo el arroz al menos durante 3 horas o la noche anterior. Cocer el arroz al vapor durante 15 minutos o hasta que este hecho, debe quedar con una textura firme (al dente). Añadir la mezcla de leche, sal y azúcar al arroz y dejar reposar durante 45 minutos, el arroz absorberá el líquido. Pelar los mangos y cortarlos en rodajas. Servir el arroz en cuencos pequeños, poner encima las rodajas de mango y espolvorear con semillas de sésamo. Añadir un poco de salsa por encima. A mi me gusta que la salsa este fría de nevera para que haya contraste de temperaturas entre el arroz y la salsa. Servir inmediatamente y a disfrutar!