No puedo dormir. A las 5 de la mañana pienso en gastronomía. No tengo hambre, pero pienso en comida. Pienso en los sitios del mundo donde me teletransportaría a comer. Un panzerotti en el Luini de Milan, un spinach dip en el HOUSTON´S de Nueva York, unos bocados de sushi en el Blue Ribbon de Nueva York de nuevo, unos rollos vietnamitas bien picantes en el Highway 4 de Hanoi…