El sábado fuimos Alex, Simón y yo al Mercado de la Llibertat. La misión era comprar pescado para cenar en casa los días de cada día. Nos paseamos por el mercado, y los puestos son francamente perfectos todos, la competencia es feroz, pero nos llamó la atención éste, que era más pequeñito y había una sola persona trabajando y nos quedamos ahí a hacer cola. La verdad es que, como he mencionado en posts anteriores, hasta hace poco este tipo de establecimientos me daban un poco de pánico. Pero en la cola, me iba acomodando. El pescatero en cuestión, nos explicaba que estaba tomando clases de alemán y que a las clientas alemanas les decía en su lengua una de las pocas frases que conocía, que era: “Hola mi amor, yo soy tu lobo”. Pero en realidad, decía: “Hola mi amor, yo soy tu maricón” (a la palabra lobo y maricón en alemán les debe separar una letra). La cosa es que la mujer que estaba a mi lado en la cola, asidua imagino, dice: “Bueno, pues mucho más acertado”. Luego nos ha explicado su fascinación por el envejecimento humano y nos ha prácticamente obligado a ver el programa de Singulars (C33) sobre el envejecimiento dirigido por el neurocientífico Francisco Mora. Si sentís curiosidad, podéis ver el programa aquí: http://www.tv3.cat/videos/3172050/Francisco-Mora-neurocientific.
Con este ambiente tan distendido, me ha tocado el turno y la conversación ha sido la siguiente:
– Hola maja, ¿qué te pongo?
– ¿Me puede poner un lenguado por favor?
– Sí claro, ¿cómo lo quieres? (pregunta amenazadora para mí)
– Escalopado (con la seguridad de una estudiante en la Hofmann)
Se detiene un momento, me mira a los ojos y:
– Oye, y tú ¿de donde eres?
– ¿Cómo? De aquí (realmente estupefacta dado que mi acento y apariencia son claramente “de aquí”)
– ¡No es verdad! Aquí nadie utiliza la palabra “escalopar”. Va, ¿de dónde eres?
Obviamente me he puesto como un tomate y me he recordado a mí misma el porqué no frecuento las pescaderías. Aunque este tipo me ha caído muy bien y ya no quiero romper el hielo en más sitios, así que a partir de ahora, me podéis encontrar haciendo el ridículo en El calamarset.