Restaurante japonés Nakashita. Rec Comtal 15, 08003 Barcelona. T 93 295 53 78. Catering / Take Away / Delivery coming soon… Precio medio 30 euros. www.nakashitabcn.com

Mientras comía en el Nakashita no pude dejar de pensar en recomendárselo a mis padres, verdaderos amantes del buen japonés. Después de vivir ambos durante 12 años en Nueva York y mudarse a Barcelona cuando yo nací en 1975, era absolutamente normal ir a comer buen japonés. Pero en aquel entonces sólo habían 3, el Yu, el Yamadory y el Yashim. La cosa ha cambiado bastante en Barcelona en casi 40 años… Actualmente, debido a una demanda que no siempre entiende de calidad, la ferviente apertura de restaurante japoneses ha desvirtualizado sobremanera su cocina. Hoy en día, no es lo mismo comer japonés que comer japonés. Encontrar uno exquisito es todo un hallazgo y sorpresa maravillosa. En mi caso, después de vivir en el mejor restaurante del mundo, aka New York City, uno vuelve su paladar exigente ante ofertas de comidas internacioneles, ya que en el melting pot, encuentras muestras lo mejor de cada país gastronómicamente hablando. Y como es un melting pot, Nueva York también sabe de fusiones. Recuerdo que frecuentaba el Sushi Samba (en Park Avenue y también Downtown en el Village), te encontrabas con un japonés/brasileño buenísimo. Recuerdo los soft shell crabs como aperitivo y se me hace la boca agua.
El local, en la parte alta de la Ribera, tiene capacidad para 21 personas (7 en la barra) y perfecto para mantener esa sensación de intimidad en un pequeño y agradable restaurante de acústica relajante (suena de fondo una suave música brasileña). El maitre me comentó que inicialmente iba a ser todo de madera, como una cabaña, pero ahora combina el negro y la madera como elementos principales. La iluminación es muy agradable, con un juego de luces ténues que cuelgan del techo y la natural que entra por los grandes ventanales que dan a Rec Comtal. Uno de los socios, Ignasi Forteza, es arquitecto y es el que se ocupó de toda esta parte. Y no olvidemos un valor añadido importante, la terraza, con capacidad de 18 personas y su envidiable ubicación en una calle semipeatonal.
Marcio Araujo, es el otro socio. Un brasileño que trabajó como chef en Sao Paolo y Lisboa previo a abrir el Nakashita hace casi 3 años en Barcelona. Como Marcio es de Sao Paolo, es de esperar que el restaurante Nakashita ofrezca una fusión de comida japonesa y brasileña, donde se halla la comunidad nipona más grande del mundo después de Japón, evidentemente. El pescado fresco lo compran o en Rom o en Amadeu, como casi todos los buenos restaurantes japoneses de nuestra ciudad, aunque no me concretan con cuál de los dos trabajan, secretos profesionales… Y el secreto de un buen restaurante japonés, precisamente, se basa principalmente en la calidad de su productos. En este caso, el atún con el que trabajan es el blue fin (de calidad suprema y superior al yellow fin).
Cuando vayáis al Nakashita, tratad de concentraros al leer la carta. Es todo un reto decidirse con una oferta tan exquisita. Nosotros tomamos un tartar de wagyu que estaba exquisito. También un sashimi de bonito, que se derretía en boca y tenía un sabor delicado y elegante. Hay que estar atentos a las Sugerencias, en las que, además de los dos platos mencionados, puedes encontrar también uno de sus platos estrella, la sopa picante Spicy Shiromono. Luego tomamos un Sake Shitake de salmón (también lo ofrecen de pollo) y era una explosión de sabores y texturas inigualable. Luego tomamos un Uramaki Especial Nakashita de salmón y un Soft shell crab maki, que estaban impecables, pero no me sorprendieron tanto como los primeros. Todos los platos que tomamos eran de juegos de sabores, texturas e incluso temperaturas diferentes. Un verdadero juego para los sentidos. Platos que hay que saborear, dejar reposar y tratar de reconocer sabores con calma. Hay que comer lentamente, degustando de verdad y disfrutando de cada bocado. Fue una experiencia inolvidable y que recomiendo encarecidamente a los amantes no sólo de la comida nipona, sinó de los que gustan vivir verdaderas experiencias sensoriales mientras comen.
Otros platos estrella del Nakashita, son por ejemplo, una tabla de Omakase con 21 piezas para compartir, en las que se encuentran una variedad de 7-9 pescados frescos diferentes. Otro plato excelente son las Ostras en tempura en salsa maracuyá. Y de postre… sugiero un Sweet Nigiri, que no es estrictamente uno pero funciona como tal. Sobre el arroz, encontramos una fina rodaja de queso, otra de goiaba (una especie de membrillo) y foie. Todo con un toque de calor que hace la pieza un interesante juego de temperaturas y sabores contrastados que en boca forman un juego de sutilezas inexplicable. No puedo decir más, hay que probarlo. Si decidís ir, espero que disfrutéis tanto como lo hice yo, que ya cuento los días para volver.
La imagen gráfica, tan cuidada como el interiorismo, el servicio y la comida, es de Joan Tarragó y su estudio VWorkshop, que tiene un trabajo envidiable. Ha trabajado para Nike, Quicksilver o Converse, entre otros.