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BAYAS DEL GOJI

Hace un tiempo compré en una tienda gourmet una cajita de bayas del Goji. Había oído bastante hablar de ellas, sobretodo de sus propiedades. Las bayas tienen el tamaño aproximado de un pistacho y son de color rojo pálido muy bonito y muy agradecido para vestir las ensaladas, así que hoy las he añadido a la mía.

Los Hunzas, que son una tribu que vive en las cordilleras del Himalaya, son uno de los pueblos más sanos de la tierra. Dicen que es por una mezcla de varios factores: viven a 4.000 metros de altura, en una zona no contaminada y también por su alimentación, basada en la ingesta de vegetales y en estas bayas que crecen en sus valles. Las bayas del Goji se cultivan bajo una de las condiciones climatológicas más duras del planeta, por eso, las auténticas, sólo pueden ser de esa procedencia. De hecho, sus propiedades son tales, que los médicos tibetanos las utilizan desde hace miles de años, y se les considera los primeros curanderos naturales, que más tarde compartieron toda su sabiduría con los antiguos herboristas chinos e índios.

Es una fruta muy peculiar, ya que si se recolecta con las manos, pierde su color rojizo y se vuelve negra. Por lo tanto, se sacude el árbol y se recogen las frutas con una malla de bambú y posteriormente se llevan a lavar y a secar, pero con mucho cariño y cuidado. Es la fruta con mayor densidad de nutrientes, por eso se recomienda tomarla en ensaladas, cremas, zumos o donde se te ocurra. El sabor se asemeja al de un arándano, pero su dulzor inicial te deja con un ligero regusto amargo en boca, como un arándano.

Pero no todas las bayas del Goji tienen los mismos nutrientes. Para garantizar que son las auténticas, debemos buscar bayas del Goji envasadas (no a granel), de la variedad “Lycium Barbarum” procedentes de Tibet, silvestres, sin pesticidas, sin productos químicos, secadas al sol y con algún tipo de sello o certificado como pueden ser el sello “Tibet Authentic”, del colegio médico tibetano, o el sello “Bio”. Hoy me ha dicho una amiga que tiene el colesterol muy alto, que su acupunturista chino le recomendó que tomara 20 bayas del Goji al día.

Imagino que es para nosotros como las espinacas eran para Popeye.