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UN BRUNCH CON HUEVOS A LA FLORENTINA

Huevos a la florentina
Huevos a la florentina

Uno de los mejores momentos de vivir en Nueva York era levantarme los fines de semana después de una ajetrada semana laboral, tomarme un té, ponerme los rollerblades y bajar por Battery Park patinando. Una hora más tarde, volvía a casa, me duchaba e iba a tomarme un merecido brunch con amigos en uno de mis sitios preferidos: en el Lucky Strike, Pastis, Félix o en el Schillers. Los antojos variaban según la oferta, pero me movía entre unos auténticos bagels neoyorkinos (no hay comparación con ningunos otros), unos huevos rancheros o unos huevos Benedict o Florentine. Con el estómago lleno de estas maravillas, era la persona más feliz del mundo.

Los huevos Benedict fueron el resultado de una petición para superar la resaca de Lemuel Benedict, un antiguo corredor de Wall Street cuando fue al Waldorf Hotel pidiendo tostadas con mantequilla, huevo poché, bacon y salsa holandesa. La diferencia con los Florentine es que estos no llevan bacon y su sustituto son las espinacas, hortaliza cuyo aporte calórico es ínfimo sin embargo proporciona elevada dosis de vitaminas A, K, B9,  hierro y ácido fólico. “Florentina” debe su nombre a Catalina de Medicis, oriunda de Florencia, quien se llevó la receta y los cocineros italianos que la preparaban cuando fue a la corte francesa para casarse con Enrique II.

Hace unas semanas me invitaron al evento de presentación del nuevo robot de cocina i-Companion de Moulinex y tuve la gran fortuna de llevarme uno a casa. Miré en su amplio y exclusivo recetario disponible en la App y entre las recetas me apeteció rememorar esos momentos vividos en NYC en el año 2000 y hice la ansiada receta de los huevos Florentine, que me quedaron exquisitos por cierto. Me conecté para desconectar y dejar que la máquina lo hiciera casi todo por mí.

Ingredientes para 4:

– 500g de espinacas frescas

– 4 huevos

– salsa bechamel (25cl de leche, 25g de harina, 1 pizca de nuez moscada, 25g de mantequilla, 1 cubo de caldo de verduras)

– o salsa holandesa (3 yemas de huevo, 150 grs de mantequilla, zumo de medio limón, sal y pimienta)

– 30g de queso Gruyère rallado

– Sal y pimienta

Elaboración:

Si tienes la i-Companion sigue la receta para elaborarla con el robot. Tardarás y ensuciarás menos. Si no eres tan afortunado, limpia las espinacas y saltealas en una sartén con aceite, ajo, sal y pimienta durante unos 5 minutos para que cojan sabor. Si quieres una versión más “light” hiérvelas y escúrrelas bien. Retira.

Para hacer la bechamel ponemos la mantequilla en una sartén, añadimos la harina poco a poco y removemos hasta que quede la salsa ligada y añadimos la leche a fuego medio hasta que la harina quede cocinada. Salpimentamos a gusto.

Para hacer la salsa holandesa (también está en el recetario de la i-Companion) derretimos suavemente la mantequilla en una olla o microondas y la ponemos en el robot/batidora y en la que añadiremos lentamente las 3 yemas de los huevo mientras batimos (igual que haríamos con la mayonesa, pero en vez de aceite, le añadimos poco a poco las yemas). Cuando ya esté la salsa montada, le añadimos el limón, la sal y la pimienta.

Precalientamos el horno a 220 ºC. Mezclamos las espinacas con la salsa bechamel o holandesa y las ponemos en las mini “cocottes” o en plato hondo para horno. Ponemos los huevos encima, añadimos sal y pimienta y el queso Gruyère por encima y gratinamos durante unos 15 minutos hasta que los huevos queden hechos. Servimos caliente con unas tostaditas con mantequilla para acompañar.

¡Buen provecho!