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MENEGHINA, UN RECORRIDO POR ITALIA

Restaurante Meneghina. Tiradors 4, Borne. T 93 119 22 21. Precio medio: 35-40 euros.

La terraza del Meneghina
La terraza del Meneghina

Meneghina es un pequeño e íntimo local en una tranquila calle del Borne, concretamente en una de las plazas que encuentro más románticas de la ciudad, Sant Agustí Vell. Viví 6 años a pocos metros de esta plaza y me enamoré no sólo de esta, si no también de la de Sante Pere de les Puelles, un poco más al norte. La parte alta de la Ribera sigue siendo auténtica, con pequeños comercios y restaurantes hechos con máximo cariño e ilusión, por esto es un honor para mi este hallazgo. Si paseas por la calle del Meneghina, los que han estado en Roma, les recordará al conocido barrio de Trastevere, lleno de restaurantes auténticos con pequeñas terrazas. Aunque cuando entras, puede parecer un sencillo y honesto restaurante de un pueblo costero del sur.

En cualquier caso, el Meneghina es un restaurante íntimo, personal y femenino, con aforo de unos 20 personas y con mesas pequeñas, invitando a las cenas tranquilas y románticas. De fondo suena música de autor italiana y la luz ténue ambienta el espacio y te vas adentrando, a medida que llegan los platos, en una atmósfera íntima y sosegada En gran parte, la energía positiva llega de la mano de la dueña del Meneghina, una joven emprendedora llamada Arianna Grau, de padre catalán y madre del norte de Italia. De ahí que los platos que ofrece, sean un recorrido por Italia (proviene del norte pero vivió en el sur también junto con sus abuelos) a la vez que por Cataluña. Arianna es de trato agradable, apasionada por lo que hace y grácil en palabra y expresión. Nos cuenta que el nombre de su restaurante viene dado porque así se denominan a sí mismo los milaneses. Aunque meneghina significa también una máscara usada en el teatro de la comedia o incluso un pesado pastel hecho con canela y pasas de la época medieval. Este útlimo dato es interesante, ya que Arianna ha estudiado Alimentación en las mujeres en la época medieval. Sí, sí, existe este curso. Pero lo que también le gustó del nombre es su sonoridad y su feminidad (por acabar en “a”), ya que trabajan 5 mujeres en el local, pero el binomio cocinera y emprendedora es el más importante. Assumpta, en la cocina, es cercana, inquieta y profesional y ya trabajó con Arianna en el bistro que tenía previamente en la Barceloneta, llamado 21.

Los platos están bien presentados y son de sabores y composición elegantes, sin estridencias. Son platos femeninos, suaves y delicados, y en algunos casos les puede faltar carácter, pero son armoniosos. Probamos la carta de verano e hicimos un menú degustación que nos dió una muy buena idea de los platos que sirve el Meneghina. Tomamos un pulpo con lentejas y tomate semideshidratado con crema fina de ajo, una parmiggiana de berenjena fría hecha en sifón con espuma de albahaca con membrillo y tomate, un carpaccio con calabacín y chutney de higos (me encantó), unos raviolis (toda la pasta hecha artesanalmente por ellas) al nero de seppia rellenos de lluenta (muy buenos), unos scialateeli con fruto di mare y finalmente, un bogavante sobre lecho de quinoa. La materia prima es excelente y se saborea bien porque no se camufla con demasiado aderezo ni adorno. El pan es de Conrad, de Poble Sec, y es denso y consistente, igual que se sirve en otro restaurante italiano que no hay que perderse, el Xemei. Durante el día, ofrece un menú del día.

Un lugar sin pretensiones pero con ambición  que estoy segura dará de qué hablar, y sobretodo después de que Assumpta haga el curso en la Hofmann, del que estoy segura de que, hará que brille más este diamante en bruto. A este restaurante que cuida hasta el más mínimo detalle, y sobretodo a uno de los ingredientes más importantes que es la clave del éxito, a los comensales. Yo ya estoy deseando volver a probar la carta de invierno. Desde In the Mood for Food, os deseo toda la suerte del mundo. Arianna, muchas gracias por todo.