Koryo. Calle Reus 4, 08022 Barcelona. T 932 12 31 39. Precio menú: 11-12 euros. Bono menú: después de 10 menús, uno gratuíto
En la calle Reus, donde antes se encontraba el restaurante japonés Hana Bishi, encontramos este pequeño local, todo un descubrimiento para los amantes de lo delicado, de lo bello y del buen comer. La primera vez que fui, me pedí una Coca-Cola mientras esperaba a mi amigo Xavi, y Ruben, el maitre, me dijeron que no servían gaseosas, porque mataba al sabor de los platos. Aunque me quedé con las ganas, fue una buena respuesta: respeto máximo por el producto y su sabor. Empezamos con buen pie. En vez, me sugirieron que me tomara un vasito de soju, que es una bebida alcohólica tradicional coreana.
Koryo es el nombre del antiguo reino de Corea, homenaje al país de origen de sus dueños. Ahyun es una mujer exquisita, elegante, amable y que quiere hacer las cosas bien, caminando a su paso. Lleva más de 15 años en España y previo a su llegada a Barcelona para abrir el Koryo a medidados de octubre del 2013, trabajaba en un restaurante de la capital llamado Seoul, donde sigue trabajando su hermana. El Koryo se ha hecho con cariño, ya que todo lo ha hecho ella con el máximo cariño: la imagen corporativa, el logotipo y sobretodo, una carta que aúna platos caseros y tradicionales de los países con los que más contacto ha tenido durante su vida: Corea, China y Japón.
En el Koryo no se sirve sushi, porque se cocina comida casera, y este manjar, considerado una exquisitez, es algo que se deja para los expertos y se come fuera del hogar. Sin embargo, en el Koryo encontramos de Japón los típicos obentos, que son las bandejas compartimentas en las que encontramos un poco de todo en pequeñas porciones y los coreanos bibimbap. Ambos platos deliciosos, y como nunca sé qué pedirme porque me suelen apetecer los dos, suelo compartir uno de cada. Las dos veces que ha ido he compartido el delicioso Tonkatsu Obento, que es uno de sus platos del menú de mediodía. Tonkatsu es lomo de cerdo rebozado con pan rallado de forma que queda muy crujiente (si no recuerdo mal, es uno de los platos estrella de Ferran Adrià). Tiene una textura maravillosa por ser un rebozado ligero y por la calidad de la carne, escogida especialmente para el tonkatsu. Además, me comenta Ahyun que es uno de los platos preferidos de los clientes. Compartí también otro de los platos destacados del Koryo, que es el dolsot bibimbap, también uno de los favoritos coreanos, que son unas deliciosas verduras, setas y carne sobre un lecho de arroz blanco y con un huevo encima que se cuece en una olla de piedra muy, muy caliente. Cuando te lo sirven, debes removerlo de inmediato y el huevo se acaba de cocer en la olla a temperatura muy elevada. Es un plato ideal para entrar en calor en estos días fríos de invierno.
Las elaboraciones se sirven en bellos platos traídos especialmente de Corea y se comen con madera: con una bella y larga cuchara (tradición coreana) y con unos palillos (aunque en Corea se utilizan metálicos). Si váis, podréis constatar el mimo con el que hacen las cosas. Todo está pensado para el máximo confort del cliente. Les gusta que los clientes estén cómodos, que puedan comer tranquilos y con su espacio (es un lugar pequeño). Y lo consiguen, porque comer en el Koryo es un remanso de paz, se susurra y se oye de fondo blues o jazz. Se come con luz natural que entra por sus grandes ventanales y sin duda sientes estar transportado a otro lugar. Un lugar tranquilo y acogedor, una joya escondida que no hay que perderse. Muy fan.
Desde In the Mood for Food, muchísima suerte a estos locales hechos con tanto cariño y en los que se respeta tanto la cocina casera tradicional.