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INDOCHINE DE LY LEAP

Ly Leap y Lisi
Ly Leap y Lisi

Indochine. Muntaner 82, Barcelona. Teléfono:93 451 17 96. Precios: Menú sencillo, 45 euros. Menú corto, 55 euros. Menú degustación, 75 euros.

Cuando pones un pié por primera vez en el restaurante camboyano, vietnamita y thailandés, Indochine de la calle Muntaner (el primero está en Aribau), piensas qué quien ha sido el loco capaz de montar todo este tinglado en este local de 700 metros. Alex y yo creíamos estar de viaje en un país exótico, ya que Indochine es una jungla en el asfalto. Entras por un pasillo con una barra de bar hecha de madera de tamarindo y tras ella, una amplia colección de teteras. Avanzas y te anticipan unas cascadas, enormes plantas y una gran roca, a lo que te vas a encontrar en el comedor.

Es espectacular. Caminas por un pasillo de madera de teca traída de Indonesia y comes en unas mesas al mismo nivel, rodeadas de un estanque artificial lleno de carpas de diferentes colores que te visitan contínuamente mientras comes. La luz es ambiental e íntima, hay una vela naranja en cada mesa, así como una preciosa orquídea.

Uno de los ejemplares de la colección de orquídeas
Las carpas y el banco de la mesa baja

Y en el centro del local, encontramos las mesas altas (al hacer la reserva hay que especificar), que están en el interior de una cabaña de madera transportada pieza a pieza desde Tailandia. Ly Leap hizo esta construcción porque al asomarse estando dentro de ella y ver la fauna y flora que le envuelte, le transporta a su Camboya natal. Es verdaderamente bello, y no sólo por lo obvio, sinó por todo el esfuerzo y el simbolismo que tiene para Ly Leap.

Ly Leap, es un hombre menudo, con muchísima energía. Tras la cena, estuvimos hablando con él y nos contó anécdotas de su interesante vida. Lleva 26 años en España, donde empezó de jefe de sala de un restaurante chino en la calle Madrazo. Un buen día, al cocinero se “le cruzaron los cables” y le hizo entrar a él en la cocina a hacer un pollo al curry y un arroz tres delícias. No tenía ni idea, y se tuvo que lanzar. Como iba vestido con camisa de seda, se puso encima un mantel lila para protegerse de los salpicones y desde ese día se convirtió en su amuleto, lo usó como delantal durante años (y ahora mismo está en la barra del restaurante).

La barra en la entrada del Indochine
Alex entrando al Indochine
La vegetación del Indochine

Le preguntamos por su increíble obra de arte vegetal y nos habló de su pasión por la botánica. Nos enseñó orgulloso sus orquídeas de raíz colgante y nos explicó cómo fué a París con su hermana a estudiar de Medicina, y como creyó durante 7 años que su família había desaparecido y cómo, posteriormente, le afectó la notícia de que estaban vivos. Ly Leap es una persona sensible, entusiasta y muy polifacética. Le apasiona la cocina (este es su segundo restaurante en Barcelona homónimo) y la gastrobotánica. En la azotea de su restaurante, tiene un huerto donde cultiva cítricos exóticos (como mano de Budha) y nos explicó cómo está secando, de modo tradicional, unas limas para un plato que va elaborar la temporada que viene. Se cansa de sus menús, le gusta renovarse, experimentar y está deseoso de introducir su nuevo menú en un par de semanas.

Langostinos con vinagre de coco

Nosotros tomamos el menú corto que consta de langostinos con vinagre de coco (servido en plato de porcelana imitando un sobre de papel sobre teja de pizarra rectangular), viera con bouquet aromático (uno de los platos más equilibrados q he probado, con gengibre, chips de ajo y pétalos de flor), mejillones con albahaca y menta (frescos y muy sabrosos), pollo aromatizado con hoja de citrico (no comestible, pero impregnada de sabores sugerentes), rollo de pato con verdura (me recordó al Highway 88 de Hanoi), ternera macerada con citronella, cerdo caramelizado con mango verde (cortado fino y buenísimo), verdura con buey de mar y de postre, arroz con mango y flan de coco.

Cocina Chavret de Ly Leap

Por último, no puedo pasar por alto su maravillosa cocina Charvet, de la que Ly Leap está muy orgulloso (a pesar de haber tenido muchos problemas con la extracción). Antes de llegar al comedor, pasas por su lado y tras los enormes ventanales, puedes ver todo lo que está sucediendo en su interior. Sus utensilios son tradicionales de la cocina asiática, como el wok, pero sus elaboraciones nada tienen que ver con las que tomaba antaño en su tierra natal. Digamos que su cocina es tradicional con resultados totalmente nuevos e innovadores.

Vieira con boquet aromático

Ir al Ly Leap me hizo revivir la noche en El Bulli. Todo un festival de sensaciones que convierte el Indochine en una verdadera experiencia gastronómica. La comida es delicada y compensada. Nada es muy picante o ácido o amargo o salado o dulce… porqué Ly Leap intenta equilibrar los sabores de sus elaboraciones para que nada predomine. Los platos en boca son suaves y poéticos, recuerdos inolvidables de su infancia en su Camboya querida, aromas y sabores que transporta armoniosamente a Barcelona.

La cuenta y la comida de las carpas