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FELIZ SEMANA SANTA

La mona de Simón
La mona de Simón

Últimamente no hay nada más emocionante para mí que ir a buscar a mi hijo Simón a las 17h en punto a la guardería. Llego con el corazón a mil, y no sólo porque me emociono, sinó porque a medida que me voy acercando, voy acelerando al paso hasta que al final parece que compita en una carrera de marcha atlética. Saber que está sentadito en una sillita esperándome con el abrigo y la mochila puesta me supera, sobretodo sabiendo lo agitado que es y lo difícil que es mantenerlo quieto. Pero hay algo más emocionante aún, saber que te está esperando con el abrigo, con la mochila y con un paquete entre manos. En este caso, días antes, me pidieron que trajera al “cole” un donut y un huevo pequeñito de chocolate, que más tarde se convirtió en una mona.

La mona abierta
La mona abierta

El viernes lo recogí y vino corriendo entregándome su mona y fuimos para casa con la misma marcha atlética con la que lo recojo con muchas ganas de abrir el paquete. Había un plato pintado por él, el donut encima, en el hueco el huevo y pinchadas 3 plumas de colores. Lo que nunca imaginé es que desde ese día, su palabra preferida y más repetida era CHO-CO-LA-TE, y dicha con una pronunciación sorpendentemente nítida y clara por su edad. En fin. Por supuesto, se la comió entera ¡bastante había aguantado sin tocarla!. Hay algo muy bonito al ver cómo un niño no sólo disfruta mientras se come una mona, sinó cómo acaba su cara, su pelo y su ropa al terminarla. Feliz semana santa a todos, en especial a los niños que aman el chocolate.