Gracias a la periodista gastronómica Yanet Acosta de The Foodie Studies, quién conocí hace unos años tras hacer un máster de crítica gastronómica, tuve el honor de colaborar con Ferrán en el Bullilab en marzo y abril del 2017 ayudando con el contenido de la Fundación. Creo que nunca me concentré tanto en ese ambiente silencioso y solitario del ático de la calle Méxic 17, donde se hacían antiguamente los stands para la Feria de Barcelona. Sentada en mi mesa rodeada de volúmenes de carpesanos que aperecían y desparecían y una intranet llena de carpetas y subcarpetas de documentos de mútliples personas, me apañaba para buscar la información y ordenarla para poder desarrollar información sobre los tipos de cocina. Leía y releía, y cuando llegaba a casa por las noches continuaba son la tarea. En poco tiempo absorbí muchísimo, y como no, caía rendida final del día, pero me despertaba motivada a seguir descubriendo, deseando que mi silenciosa aportación tuviera beneficio para la Fundación.
Cada día, cuando me iba, dejaba impreso mi trabajo que Ferran llevaba a casa y según supe, al amanecer, Ferrán lo leía y dejaba sus notas de su puño y letra. No podía creer que fuera él a quién reportaba cada día, y quién con su personalidad poco dogmática, iba planteando sus cuestiones a lápiz sobre aquel papel que cada día hacía que el rumbo de mi escrito tomara una nueva dirección. Ferrán es una persona apasionada, y muy curiosa, y su apertura de mente debe ir a la par con la tuya para no desesperar. Lo que aprendí a su lado fue a ser flexible, a no perder la curiosidad y a estar siempre receptiva. Ferrán entraba y salía, con la mente agitada por sus mútliples ideas y compromisos, manteniendo conversaciones paralelas o seguido por un séquito de prensa, pero siempre siempre entregado, aunque fuera escaso tiempo, a las personas de las que se rodeaban o requerían. Siempre conectado, presente y a poder ser, con una sonrisa. Para mí ha sido un honor aprender a nivel teórico de ese archivo inagotable, pero lo que más me ha gustado ha sido conocer al mejor chef del mundo como una persona cercana, apasionada y generosa.
En la vorágine del útlimo día antes de Semana Santa y casi sin planificación por cómo andaba mi cabeza de concentrada en el proyecto, le pregunté a Ferrán si podía hacerle una entrevista pensando que me citaría más adelante, pero en un momento durante la mañana pasó por mi lado y me dijo “¿Vamos?”. ¡Estaba de suerte! Pensé grabar sus respuestas y transcribirlas, pero fue mucho mejor, ya que le pedí unos minutos para plantar trípode y pude grabarla en una de las mesas de reuniones de la Fundación. Estoy muy contenta, gracias Ferrán.
Por si preferís leerla, aquí os dejo la Entrevista a Ferran Adrià de abril 2017 en elBullilab:
– ¿Cuál ha sido el momento más emocionante de tu carrera?
Seguramente el último día del Bulli, el 30 de julio del 2011.
– ¿Recuerdas cuál fue el primer plato q cocinaste?
Un guiso de patatas para el equipo del hotel Playafels de Castelldefels.
– ¿Dices que eres el mejor cocinero tradicional, cuál es el plato que clavas?
No, no soy el mejor cocinero, digo que “cocino bien” la cocida tradicional. Al final un cocinero tiene que saber reproducir cualquier tipo de cocina. Un plato que me gusta mucho son los guisos de mar y montaña y concretamente.
– ¿Qué comensal ha sido más agradecido?
Varios. Por desgracia nos ha dejado Bob Noto hace poquito y le quiero dedicar este momento y elogio. Bob Noto a parte de ser una bellísima persona, es de los pocos comensales que yo ha sabido leer los platos.
– ¿Quien cocina en casa?
Cuando estoy yo, yo que soy más rápido.
– ¿Si fueses un plato, cuál serías?
Ui esta pregunta siempre me cuesta contestarla… Yo soy cocinero, no soy un plato, y tengo defectos y virtudes y tendríamos que buscar una de mis características para ponerlas en un plato.
– ¿Cual es tu antojo inconfesable?
Si es inconfesable no te lo voy a confesar. Confesable: cuando voy a comprar la baguete recién hecha, me gusta quitarle la punta.
– ¿Cual es el tipo de comida por el que siempre estás in the mood for?
Estoy bastante abierto, pero me gusta mucho el marisco.
– ¿Cual es el producto que te tiene enamorado/que te fascina?
La familia de las frutas.
– ¿Qué elaboración es la qué más te ha sorprendido de un restaurante gastronómico?
No de un restaurante gastronómico, bueno sí, que era un restaurante gastronómico porque estaba todo muy bueno, aunque el resultado era muy sencillo. Cuando fue a Tailandia tenía idealizado el gargillou de Michel Brass y fue increíble porque en un sitio muy sencillo me dieron algo muy parecido. Me quedé maravillado.
– ¿Qué te apetece comer cuando te levantas con resaca?
Poca cosa. No me apetece ni el café.
– ¿Qué desayunas en un hotel?
En casa normalmente desayuno ligero, pero en un hotel lo aprovecho para no comer.
– ¿Qué prepararías para la cesta del picnic?
Hombre, pues una lata de caviar que no tengo que hacer nada.
– ¿Si viajas, lo primero que haces es ir al restaurante de barrio o al de estrella?
Procuro ir a los sitios que internet me ayuda a visualizar. Yo tengo la suerte que viendo la foto de un plato, el 95% de las veces sé que voy a acertar si a mí me va a gustar o no. Que no significa que esté bien o no, ojo, si no que a mí me va a gustar.
– ¿Dulce, salado, amargo, ácido o umami?
Bueno, a mí el tema del umami aún me cuesta entender. Me interesa mucho el amargo, porque no es agradable. Entiendo que todos los gustos básicos en exceso son desagradables pero el amargo es tan poquito, que es realmente increíble porque es el más extraño.
– ¿Rubias o morenas? (las cervezas)
Cualquiera. Bueno, está mal respondido ¿Porqué tengo que escoger? Rubias y morenas.
– ¿Qué no te comerías nunca?
Lo que culturalmente no puedo, como puede ser una rata de cloaca.
– Cogerías un avión para comer a…
A cualquier lugar que me dijeran que voy a ver algo que no he visto nunca.
– ¿A cuál de tus 1846 elaboraciones de el Bulli le tienes más cariño?
Seguramente a la menestra de verduras en texturas.
– ¿En casa de quién has comido mejor?
Ostras, ¿en casa personal dices? En casa personal, seguramente de Sánchez Romera cuando no era profesional.
– ¿Para quién te gustaría cocinar?
Me gusta cocinar para gente que tenga sensibilidad. Alguien que quiera vivir una experiencia.
– ¿Has llegado a llorar degustando?
Yo soy de poco llorar, pero lo que se diría emocinarme, fue con un jamón que tomé una vez que estaba tan vetado que sentí una emoción importante.
– Y por útlimo ¿En qué cocina has sido más feliz cocinando?
En la del Bulli, sin duda, si no, malo.