Restaurantes de Barcelona, Restaurants

WAGOKORO Y LO VISIBLE E INVISIBLE

Esta noche la nevera tiritaba, pero había un brócoli en un cajón pidiendo a gritos ser comido. Cenar verduras al vapor es muy rico si se acompaña con un chorro de rico aceite, pero hoy no apetecía. Así que he buscado en internet cómo se hacía una salsa que se llama ponzu que probé el otro día en un maravilloso japonés que está en la calle Regás que se llama Wagokoro. Alex y yo salíamos del cine, y nos entró mono de sushi. Recordé que había pasado por delante de este restaurante y nos dirigimos hacia él. A pesar de la decepción inicial cuando nos dijo la jefa de sala (muy encantadora, por cierto) que no habia sushi, nos quedamos. Miramos la carta, de alto nivel japonés, y se nos hizo la boca agua. No hay nada mejor que las sorpresas. Hay 3 modalidades de menú degustación, que varían cada 15 días, y oscilan entre los 38 y 52 euros, de 6 a 8 platos. No logro recordar los platos, porque eran todos nuevos y sorprendentes para mí. Decidí hacer una foto para mostar uno de ellos. Todo exquisito, las materias de primerísima calidad. En la foto, tofu con huevas, caballa que se te deshacía en la boca, unos guisantes extra frescos y una carne cruda sabrosísima. Un acierto seguro para los amantes de la cocina japonesa de verdad. Además, el nombre es precioso, está compuesto por wa, que se utiliza para designar todo lo que es de origen japonés y kokoro, que hace referencia a la parte más interior o profunda de las cosas y las personas, aquella parte que no es visible a los ojos y que se contrapone al cuerpo, a la materia, a la superficie, a las apariencias.

Como os comentaba, en el restaurante probé una salsa riquísima, muy sutil, que mezclaba soja con naranja, y hoy he pensado que podía quedar bien con el brócoli. Como la naranja es ácida, y la soja es salada, he pensado en añadir algo amargo y algo dulce. He mezclado 4 cucharadas de soja, 4 de vinagre, el zumo de una naranja y 2 cucharadas de azucar moreno. En clase de cocina hablamos mucho de equilibrar, y de que para cada persona el equilibrio está en un punto diferente, así que haced y deshaced hasta que os guste. También le podéis añadir una cucharada de harina o maizena para espesarla. He cortado el brócoli y la cebolla y las he hecho al vapor unos diez minutos porque así se me cocían más rápido a la hora de saltearlas en el wok. Si no tienes wok, lo puedes saltear en una sartén, no importa.

Mientras se hacían las verduras, he partido con el dedo anacardos en trocitos más pequeños para que sean más fáciles de comer y los he dorado en la sartén para que estuvieran tostaditos y listos para luego añadir al wok.

Una vez ya estaba la verdura precocinada, la he incorporado al wok junto con un chorrito de aceite bien caliente. Una vez salteadas las verduras, le he añadido la salsa y lo he mezclado bien para que las verduras se impregnen del sabor y el azúcar se derrita. Luego he añadido los anacardos previamente tostados y he servido inmediatamente. ¡Estaba muy bueno!